Después de mucho tiempo sin hacer reseñas, por nula inspiración para plasmar lo que me transmite la música, aunque sean cuatro letras de mala manera, motivado por malos rollos emocionales. Ikarie con Arde me ha sacado del letargo, segundo disco en relativamente poco tiempo, o a mí me lo ha parecido. Muchas bandas del underground en este país sacan un primer gran trabajo y después tardan muchísimo tiempo en saberse de ellos o directamente desaparecen.
Pues sí, siguen afianzando su propuesta emocionalmente poderosa y aplastante, con unas canciones más redondas si cabe y sobre todo más épicas. Que te agarran, te aprietan el pecho y te lleven por su senda.
Para ello sus armas son Sacrificio un tema con aires orientales y sonoridad bastante siniestra e intrigante, cinematográfica introducción. Después esta Sangre Santa un tema en la misma línea del disco anterior, ultra pesado, donde la base rítmica va marcando la pauta para que el resto instrumentos a modo de capas vayan incorporándose y creando una atmosfera de brutalidad contenida, para finalmente expandirse. La Sed es de los temas que me han dejado huella, creo que será uno de los temas claves de la banda, aquí nos ofrecen una revisión de doom metal de los 90, con unas melodías bellas y melancólicas un tema muy emocional.
40 días es una preciosa pieza acústica de dos minutos que ayuda a amalgamar todo el concepto del disco, te sujeta en la tensión de la obra. Con Surcos (Ciutat morta) nos encontramos con otro bastión de Ikarie, muestran algo más su faceta postmetal, pero también pasajes muy lentos y atmosféricos, además de momentos minimalistas, un tema tremendo.
Kanno Sugako es épica y poderosa como la propia protagonista del tema, se hace un poco corto y pide algo más de desarrollo o una explosión final, pero bueno dentro del concepto de todo el disco queda genial. Tomie es uno de los temas donde veo más evolución desde Cuerpos en Sombra, la música es más expansiva generando incertidumbre, los espacios donde canta Pablo Egido y los arreglos unen las capas, es aplastante. Desde el principio en plan blackened a las partes atmosféricas con los metales y los estallidos poderosos de voz, en fin, un temarral.

Arde es otro puente melancólico, con mucha fuerza que mantiene la tensión y el ambiente del disco para llegar a Titane II lenta que roza el funeral doom, unas armonías muy cercanas a lo que se fraguaba en los primeros 90 por tierras británicas. Para cerrar tenemos la instrumental de piano Flores en el asfalto con dolor y rabia ante la banalización de la opresión y la violencia del ser humano.
Un disco impresionante e imprescindible para todos los que nos gusta la pasión y la muestra mas abierta de los sentimientos, presentados de manera descarnada. Enhorabuena IKARIE.